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- TODO UN HEROE NACIONAL
LONDRES.- Barrondo ha dejado claro que sobre todo es un ser humano normal, ilusionado con la posibilidad de que su victoria le sirva a algún joven violento de su país para cambiar su pistola por un par de tenis y un plan para entrenarse en caminata.
“En Guatemala hay violencia y yo sería feliz si después de esto alguien deja el mal camino y se pone a practicar deportes”, indica.
Barrondo empezó a ganar la primera medalla olímpica para su país hace dos meses, cuando compró un televisor a sus padres para que lo vieran en vivo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
“No tenemos una buena situación económica, pero hice un esfuerzo y compré el televisor para que me vieran ganar la medalla; yo confiaba en conquistarla”, explicó el atleta, subcampeón este sábado en la marcha de 20 kilómetros.
En una justa que los chinos diseñaron para dar una muestra de poderío con una barrida, Barrondo fue el aguafiestas, al colocarse segundo detrás del campeón Ding Chen, ganador con una plusmarca olímpica de 1h 18:46, y derrotar a Zhen Wang y Zelin Cai.
“Hubo un momento en el que pasé al cuarto lugar, sin embargo estaba tranquilo, confiado en el trabajo. La primera parte fue lenta y en la segunda había muchas estrellas mundiales empujando y entre ellas un guatemalteco soñador que trabajó para cumplir sus sueños” , dijo el competidor de apenas 21 años.
Barrondo es originario de San Cristóbal Alta Verapaz, un sitio pobre con clima frío a unos 280 kilómetros de la capital, donde también vive su novia Isabel. Hasta hoy, el campeón era el personaje del pueblo, pero después de su proeza quizás lo suban al estatus de semidios.
Aunque hasta hace poco Erick era un desconocido en el circuito mundial, su hazaña en Londres no fue sorpresa. Apenas en octubre pasado ganó los Juegos Panamericanos delante de los medallistas mundiales Eder Sánchez y Luis Fernando López (COL) y en esta temporada es uno de los dos competidores con dos registros por debajo de 1h 19 minutos.
Son victorias a la cuenta del entrenador cubano Rigoberto Medina, a quien consideran en Centroamérica una especie de santo de la caminata porque en 1997 le dio a El Salvador su primer título en Juegos Panamericanos con Cristina López y hoy llevó a Guatemala a su primera presea olímpica.
El es el responsable de que hoy Erick, a diferencia de la mayoría de los medallistas olímpicos de Londres 2012, no festeje su triunfo en uno de los famosos “pubs” de la ciudad. “Mañana Medina me va a levantar a entrenar a las seis de la mañana y quiero estar descansado porque me falta la prueba de 50 kilómetros”, dice.
Esa competencia será el 11 de agosto. Entonces volverán a encender en Alta Verapaz el televisor nuevo en espera de otro milagro que puede llegar con un poco de fe, pero sobre todo como consecuencia del trabajo duro del hijo más famoso del pueblo.
EFE.ReinoUnido